sábado, 21 de febrero de 2015

Tendida, rendida y exhausta,
observo lentamente buscando saber cuál es mi actual paradero...
No hay luces, no hay velas,
ni siquiera la supuesta luz natural que llevas...
¿Se habrá acabado?
Los dolores afloran,
no se molestan en dejarme...
Sí, es otro vano intento de engañarme.

Sólo quiero renunciar,
no más dolor, no más sentir
¿Dónde y cuándo va a parar?

¡Tantas equivocaciones!...
cuánta soledad, cuánta tristeza.
Que ilusa fui al pensar que no volvería a este lugar nunca más.

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