miércoles, 11 de enero de 2023

Ha pasado tanto. 

He variado tanto. 

Si todo lo puedo cambiar, si todo lo puedo entrenar

¿qué soy?


Quiero ser tantas cosas, 

quiero dejar de ser otras tantas.


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Tengo la cabeza enredada, quiero escribirlo todo.

Tengo una extraña sensación de que si no escribo desde donde escribí la última vez, falto a la verdad.

A la verdad de quién?

Ni siquiera mis escritos tienen continuidad. Hay mucho que no he escrito.

He tenido días buenos, más luminosos.

Un poco más de control mental, un poco más de fuerzas para el empuje,

un poco menos de derrotismo, un poco más de disciplina

Pero ahora, no sé cómo llegué aquí. 

Como si hubiera tomado un atajo

Destino: isla de sentimientos de mierda.

Incómoda, dolor de estómago (¡de nuevo!)

¿He evadido tanto? Según yo estoy gestionando,

lo analizo todo, me miro, me cuestiono, me esfuerzo, me equivoco, me critico

a veces ese ciclo me vuelve loca, se vuelve un loop eterno.


Quiero hacer todo bien, quiero estar bien

quiero aprender, quiero mejorar, quiero disciplinarme,

pero quiero gozar,

comer,

reir,

tomar,

y hacer yoga

y mejorar

y meditar

y meditar más

y ver videos y aprender nuevas cosas

y hacer nada

y maravillarme con la ciencia,

y olvidarme de la ciencia

y cantar y tocar teclado

y no esforzarme,

organizarme y tener todo en planners

e improvisar y ser espontánea

volarme y disfrutar el momento

y ser estoica y disciplinarme


¿Cómo puedo equilibrar mis extremos?

Siento mis extremos muy extremos.

Soy contradicción. 

Soy toda contradicción

soy la más sabia y soy la más lenta y la más inocente

soy la más tonta y soy la más rápida y la que enseña y explica

soy la perseverancia y soy el caos

soy la prudencia y soy la crudeza

soy la claridad y la sensatez 

y soy la oscuridad más ciega.

Soy contradicción toda.



quiero brillar y avanzar

y quiero acurrucarme y renunciar

Quiero mi paz

quiero incomodidad

quiero desafíos

y quiero mi paz.

Quiero crecer,

quiero dormir.

Quiero vencer,

me quiero rendir.




Se cruzaron mis creencias,

se enfrentan mis conceptos antiguos, con algunos que entran y quiero que se queden.

Se contrae mi ser antiguo...que es también el nuevo.


La libertad y felicidad ya no son

lo que eran la libertad y la felicidad.


y mi cuerpo insiste 

y mi mente insiste

quiero de aquella, de la antigua

de la que “premia”, de la que mide la libertad en vasos,

de la que abulta la satisfacción en pasteles

de la que se nutre de elogios

de la que se pavonea en coqueteos vagos


y quiero de la que hoy valido

de la que hoy cultivo

de la que premiar es cuidar

de la que por amor se disciplina

de la que por satisfacción estudia, lee, come videos, cuestiona, conversa

de la que se nutre de cuestionamientos, 

de la que se reversiona,

de la que pavonea pensamientos,

de la que se enamora de argumentos.


Hay una Gabriela naciente,

hay una Gabriela saliente. Rabiosa. 

Patalea, delega, posterga

critica, daña, despotrica.


Un perfeccionista es un eterno insatisfecho - escuché hoy

Antes de curar a alguien pregúntale primero si está dispuesto a renunciar a lo que le enferma - escuché también.

Está esta que quiere, quiere renunciar a todo lo que alguna vez aprendió, que quiere construirlo todo, que quiere cuestionarlo todo, probarlo todo, ponerse a prueba, esculpirse, cultivar su cuerpo, su mente, su espíritu. 

Y está esta, que quiere con más ganas todo aquello que la enferma, que quiere revolcarse en pecados, en placeres, mecerse en felicidad inmediata, de esa de llegar y llevar. Que quiere soltar, olvidar, evadir. Que quiere fumar y jugar.



Avanza una, se oyen los gritos.

Avanza la otra, unos pataleos.


¿Quiero dejar alguna?

¡Negocien!

La lucha desgasta.