martes, 26 de marzo de 2024

Que ya no genere lo mismo

que esta desconfianza que me asalta ayude, desprenda

venenosa, desestabilizadora

que pinte de otros colores

y que vaya tornando sepia

y se seque todo por las calles en este otoño.


Que se esfume en el humo del cigarro 

que armo desesperada

mezclando estas ganas de acabar con esta lucha infinita

con las de tomar fuerzas para redireccionar el llanto.


Que las horas se lleven la idea

que el espacio me llene de mí

que el ruido se apague

que las luces dejen de encandilar

que el reflejo se torne difuso

al nivel de una luz entre tantas de un cerro

impersonal, infinita y lejana


Que mi eco sea más grande

y resuene

en cada borde de mis entrañas

que cada fuerza pujante de esta rabia de vivir

sea mi motor para pagarme cada deuda

para poner cada nuevo ladrillo de mí

y alzarme

enancharme

renacer.